Extinción

La extinción es una técnica de modificación de conducta que consiste básicamente en ignorar los comportamientos que no deseamos que se repitan. Se busca que comportamientos indeseables dejen de producirse.

Antes de detenernos en la técnica en sí; cabe aclarar que el ser humano, desde su infancia hasta la vejez está en una búsqueda constante de la atención. Es obvio que esta búsqueda tiene sentido durante la infancia como un mecanismo de supervivencia. ¿Por qué? Básicamente porque el niño necesita del cuidado de un adulto para sobrevivir: el llanto, por ejemplo, alerta al adulto de una necesidad no cubierta. Ese llanto, llama la atención del adulto que acudirá cerca del menor.

En etapas posteriores, el mecanismo es el mismo: el niño necesita al adulto (evolutivamente hablando) para aprender un modelo de relación social, para aprender a alimentarse; en definitiva para imitar comportamientos que asegurarán su supervivencia. Dicho esto, queda claro que la atención es el mayor refuerzo que busca el ser humano; y esta atención se manifiesta de distintas formas según la etapa vital.

En este contexto enmarcamos la utilidad de la técnica de extinción hacia comportamientos inadecuados. Si evolutiva e instintivamente estamos buscando que otra persona nos escuche, nos entienda y acepte nuestras reglas; no habrá nada más motivador para cambiar la actitud, que retirarle esa posibilidad.  Obviamente, si esa búsqueda de atención es positiva no cabe la utilización de la extinción. Hablamos en términos de conductas desafiantes, faltas de respeto, rabietas recurrentes, agresividad verbal…

Veámoslo en el típico ejemplo adolescente:

Marina quiere que sus padres le dejen ir el fin de semana a casa de unas amigas. Ella no entiende porqué es la única que tiene que pedir permiso; al fin y al cabo sus amigas no tienen este tipo de problemas con sus padres. 

Los padres de Marina, por su parte, no entienden que ella sea tan egoísta. Constantemente pone buena cara y habla cariñosamente cuando quiere algo; pero el resto del tiempo se muestra distante e incluso descuidada con sus obligaciones familiares y domésticas. Ellos cada día, piensan en qué han fallado, pues le repiten constantemente lo que tiene que hacer y ella parece no escuchar. Sienten que lo han dado todo por ella y su educación, y los resultados no son los esperados.

Este desacuerdo, lleva a discusiones constantes entre ambas partes. A menudo Marina falta al respeto a sus padres cuando no consigue lo que quiere, y su frustración es tal que los gritos y llantos están a la orden del día en casa.

Este es un caso claro y común de situación en la que aplicar la técnica de extinción. Los padres invierten gran cantidad de su tiempo en dialogar y convencer a Marina de que tiene que implicarse más en casa. En términos coloquiales, la sermonean y esto, incluso aun siendo aversivo, es una forma de atención. Lo peor, es que esa atención además vaya acompañada de que probablemente Marina no tenga mayor consecuencia que ese sermón. Es habitual que el buen rendimiento académico, justifique que los adolescentes mantengan beneficios (móvil, WIFI, paga…) incluso aunque su actitud en casa no sea la más adecuada.

¿Cómo aplicar extinción en casos como este?

Debemos comprender, que la persona en cuestión no tiene (en principio) ningún problema racional. Es decir, es capaz de entender perfectamente lo que se le ha explicado. Y en caso contrario, tiene la capacidad de preguntar! Motivo por el cual deja de tener sentido la repetición constante.

Una vez dejado claro lo que nos gustaría que pasara. Hay que ignorar aquellos comportamientos que se consideren inadecuados: gritos, rabietas, llantos, súplicas… El mensaje implícito que buscamos es: podemos dialogar siempre y cuando haya respeto a los intereses de ambas partes y las formas sean adecuadas. Si estas reglas no se cumplen, simplemente, no habrá respuesta. «Como el que oye llover».

¿Se te ocurren casos en los que aplicar extinción? ¿la has aplicado y te funciona con éxito?

He preparado una segunda parte ampliando información para el próximo jueves. Si te interesa el tema, no te lo pierdas.

ROCIO JOVER MARTINEZ
PSICÓLOGA CV 11179
669 516 962 · psicologa@rociojover.com

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