El autocontrol es una herramienta para la que se nos entrena desde niños y que continuamos ejercitando durante nuestra edad adulta. Con ello somos más o menos capaces de:
- Afrontar con entereza una situación estresante
- Estudiar durante años hasta obtener un título
- Acudir a citas o eventos que, aunque necesarios, es posible que no nos apetezcan demasiado
- Mantener hábitos saludables
- Saber esperar, no precipitarse
- Decir no a alimentos apetecibles, pero que por algún motivo de salud no están indicados en este momento
- Rechazar cualquier cosa que no nos convenga, a fin de alcanzar nuestras metas
- Manejar la rabia sin conductas agresivas/ofensivas…
Las posibilidades que nos ofrece el autocontrol son múltiples, por lo cual resulta evidente que es una habilidad más que necesaria en la vida cotidiana. Es innegable, que constituye una pieza clave en el desarrollo personal y profesional.
La respuesta es sí. El autocontrol se entrena, pero también es cierto que hacerlo resulta cada vez más difícil a medida que avanzamos en edad.
Cuando la dificultad para controlar algún mal hábito o reacción, nos trae frecuentes consecuencias negativas, lo ideal es abordarlo de forma individual desde una consulta profesional de psicología. No obstante, hay algunas pautas genéricas que podemos seguir si estamos dispuestos a mejorarlo sean cual sean nuestras circunstancias:
- Es limitado. Sé selectivo y elige cuándo utilizarlo
- Entrena el diálogo interno. Cómo te hablas condiciona tu capacidad de controlarte
- Elige situaciones con distinto grado de estrés a las que exponerte de forma voluntaria. Entrenarás así tu paciencia
- Proponte objetivos alcanzables y que te motiven realmente. Establece fechas.
- Elimina, en lo posible, aquellas personas, hábitos o circunstancias que aporten negatividad a tu vida
ROCIO JOVER MARTINEZ
PSICÓLOGA CV 11179
669 516 962 · psicologa@rociojover.com
