Cirugia Bariátrica

Como sabéis, aunque profesionalmente me dedico a la psicología clínica la mayor parte de mi tiempo, mi gran interés se centra en la psicología de la salud (PS). Este ámbito es a menudo desconocido por su juventud, pero hoy me propongo acercároslo un poco más a través de una de sus aplicaciones.

La PS se centra en contribuir a la optimización de las intervenciones clínicas sanitarias, y este es el caso de su aplicación en la cirugía bariátrica.
Las personas que desean someterse a operaciones de reducción de estómago o similar, requieren frecuentemente una revisión de sus hábitos alimentarios, una diferenciación entre si llevan a cabo conductas patológicas tipo atracón o bien los horarios de ingesta no están definidos y debidamente estructurados, etc…
Es obvio, que el trabajo conjunto con endocrinología y nutrición es imprescindible para asegurar no solo la calidad del hábito como tal, sino también del contenido calórico y energético de lo que se ingiere. Pero hay algo que a menudo pasa desapercibido y es sumamente importante: el orden cotidiano, no solo en relación a la ingesta, sino a todo en general.
La alimentación, al igual que el sueño, es un aspecto muy susceptible de alteraciones cuando los ámbitos personal, laboral y/o social no están como nos gustaría. No es extraño encontrar rasgos ansioso depresivos en pacientes obesos, asociados a estas circunstancias. Es por esto, que en consulta procuramos una valoración global que abarca aspectos tales como:
  1. Modificación de hábitos de ingesta inadecuados: Orden y número de comidas diarias, ajuste de horarios a la dinámica cotidiana…
  2. Gestión de estrés y emociones. Valoramos las estrategias de afrontamiento del paciente ante los distintos conflictos vitales, cómo interfiere la vida laboral con la personal, familiar y social, cómo se gestiona el tiempo para uno mismo, cómo es la calidad de los vínculos de afecto y apoyo percibido, etc. e intervenimos para que aprendas controlar en la medida de lo posible toda fuente de estrés potencial percibida.
  3. Toma de decisiones. La bibliografía apoya que la incertidumbre y la indecisión son factores que contribuyen al mal manejo alimentario. Es por esto que también se evalúa y se entrena, si es necesario, al paciente en técnicas para la toma de decisiones y la confianza en sí mismo.
Estos puntos son los más relevantes a mi parecer, pero se actúa ante cualquier aspecto en el que se objetive interferencia. La meta última y fundamental es entrenar al paciente para que el estrés que todos tenemos presente en nuestra vida en mayor o menor medida, no interfiera con sus hábitos alimentarios. ¿Por qué? Porque después de la operación sigue habiendo vida. La operación como tal, no es una intervención definitiva que inmunice contra la obesidad o la ganancia de peso para siempre. SI EL PACIENTE NO CREA HÁBITOS NUEVOS PARA COMER, PARA GESTIONAR LAS EMOCIONES, EL ESTRÉS Y SU VINCULACIÓN A LA ALIMENTACIÓN, LA EFICACIA DE LA INTERVENCIÓN SERÁ ÍNFIMA.
¿Qué te ha parecido? ¿Conocías la aplicación de la psicología al ámbito de bariátrica? ¿Quieres saber más o puedes contribuir con experiencias propias o conocidas? Gracias por vuestros comentarios y mails!
Rocío Jover martínez
Psicóloga
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