¿Puede la prevención generar iatrogenia?

Quiero proponeros una reflexión que desde hace días vengo comentando con algunas compañeras de profesión y me parece realmente interesante. La pregunta es, actualmente, ¿nos encontramos ante un sistema de salud demasiado preventivo?


Es decir, cuando acudimos al médico por cierto problema de salud buscamos y, en la mayoría de los casos se nos da, una solución. Pero qué ocurre cuando el problema no está tan claro y empiezan las pruebas «por si acaso».

No quiero mandar el mensaje de que buscando la prevención vamos en la dirección equivocada. EN ABSOLUTO. De hecho la promoción de la salud ha de ser el pilar fundamental sobre el que se asiente el sistema para asegurar la prolongación y calidad de la esperanza de vida. Sin embargo, no todo es perfecto. En el caso de las psicopatologías, esta prevención tan “agresiva” puede constituir una dificultad importante para el manejo de un tratamiento eficaz.

Y veamos varios ejemplos concretos:
  1. Pongamos el caso de pacientes con problemas de ansiedad somática. Personas cuyos síntomas de malestar más significativos son dolor de cabeza, mareos frecuentes, sensación de vértigo… Antes de descubrir que sus síntomas son ansiógenos, suelen ser sometidos a múltiples pruebas y su temor a un mal mayor va in crescendo por causa del tiempo y la incertidumbre sostenida. Cuando el paciente finalmente acude a terapia, no es siempre fácil desmontar el esquema de enfermedad física y la resistencia a dejar de creer que el problema está en su mente, entorpece un tratamiento que a priori debiera haber sido relativamente sencillo.
  2. ¿Y qué decir de aquellos pacientes con hipocondría o trastornos facticios? Puede ser misión imposible desmantelar la creencia de enfermedad física en terapia después de haber pasado meses o incluso años acudiendo al médico en busca de respuestas. Me preocupa que no sea solo un asunto complicado, sino también peligroso. ¿Qué puede suponer para la identidad de alguien que cree tener un problema físico desconocido al que ha dedicado gran parte de su tiempo, el hecho de que él mismo lo esté creando? ¿Cómo puede afectar a personas que incluso se ha aislado de su entorno por ir de especialista en especialista en busca de una respuesta que confirme sus sospechas?
El debate queda abierto: ¿Puede generar iatrogenia el exceso de pruebas? ¿Nos encontramos ante un sistema de salud preventivo al extremo?
Rocío Jover martínez
Psicóloga
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