- Pensamiento acelerado, dar vueltas constantemente a los mismos problemas, preocuparse demasiado por todo, anticiparse constantemente y de forma negativa… son distintas manifestaciones de la obsesividad.
- Para trabajarla, es preciso incorporar actividades que nos ayuden a «educar la atención«; a dirigirla, en lo posible, hacia aquello que nosotros decidamos.
- Actividades como el mindfulness (atención plena) o el yoga, contribuyen positivamente a la gestión de la obsesividad y disminución de la ansiedad asociada. Pero requieren constancia y entrenamiento para llegar a este objetivo.
¿Te animas a practicar?
ROCIO JOVER MARTINEZ
PSICÓLOGA CV 11179
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