Por supuesto, me gustaría señalar que siempre que se consuma algún tipo de medicación para dormir es de vital importancia que se haga bajo el más riguroso y profesional control médico; tanto para su consumo como para su retirada. No sirve solo la información del prospecto. El seguimiento facultativo es innegociable!!
Aprender a dormir bien requiere constancia y empeño. Esto quiere decir que no sirve practicar de forma aislada las indicaciones que enumero a continuación, sino que han de llevarse a cabo a diario para que a la larga se conviertan en un hábito.
Los horarios
La noche es el momento más adecuado para dormir, puesto que acompaña a nuestro cuerpo en lo que sería su ciclo de sueño normal.
Digamos que cada cual tiene su hora perfecta para dormir. Lo aconsejable para crearla, es que se establezca una rutina en la que los pasos previos a ir a la cama sean siempre los mismos y se den siempre a la misma hora. De esta forma «avisamos» al cuerpo de que se acerca el momento de dormir. (Ej. «me ducho, ceno, me lavo los dientes, veo un rato la televisión, me voy a la cama»).
La siesta
No debe durar más de 20 ó 30 minutos. Es el tiempo suficiente para que el organismo reponga energías para terminar la jornada.
Aprovechar la siesta para recuperar las horas de sueño nocturnas es un error muy frecuente. Al llegar la noche las dificultades para dormir persisten y continuamente se repite el mismo ciclo. Es la pescadilla que se muerde la cola: no descanso, durante el dia estoy agotado, duermo una larguísima siesta, durante la noche no duermo…
La actividad física
El ejercicio es adecuado para mejorar la calidad del sueño, siempre y cuando se haga de forma moderada y habitual. Es importante evitarlo durante al menos las dos horas previas a acostarnos, ya que, aunque nos sintamos agotados, el cuerpo debe realizar un trabajo de recuperación que dificulta el descanso. Lo más adecuado es prácticarlo por la mañana.
Alimentación
Lo mejor es que los alimentos de la cena no sean demasiado pesados para facilitar el proceso digestivo.
Un buen vaso de leche caliente antes de dormir, por ejemplo, puede ayudar a conciliar el sueño.
Por supuesto, evite el consumo de cafeina, nicotina o cualquier otro estimulante a lo largo del día y, especialmente, en las horas previas a la noche.
Respecto al alcohol, me parece importante señalar que, aunque puede ayudar a la inducción de sueño en un primer momento, puede producir varios despertares durante la noche, e incluso pesadillas.
La cama