La tristeza es una emoción cuya función es la de aceptar e integrar una pérdida. Aparece cuando debemos asumir que ha habido un cambio y que es probable que no tenga marcha atrás.
En este sentido, es cuando se desencadena el proceso de duelo: una etapa dolorosa, pero necesaria para prepararnos para una nueva vida después de un fallecimiento, un cambio laboral o una ruptura de pareja.
Parece pues, que si lo que debemos ante la tristeza es aceptar lo ocurrido, el papel a desarrollar es un papel pasivo. Pero no es en absoluto así. Las acciones que se enmarcan en este proceso es lo que los psicólogos conocemos como tareas de duelo.
Se trata de pequeñas acciones, que sin tener que llevarse a cabo simultáneamente, es necesario ir incorporando desde el principio y especialmente durante el primer año de perdida. Englobaríamos en estas acciones, aquellas que familiarizan al doliente con la pérdida que ha sufrido.
Es obvio que hay pérdidas en las que el contacto con esas tareas es inevitable: por ejemplo el cambio en las prioridades de gasto diario hasta encontrar un nuevo trabajo que proporciones sueldo estable. Sin embargo, hay otras pérdidas en las que dichas tareas son más fáciles de eludir.
Es el caso de los fallecimientos. Tareas como repasar fotos, hablar de episodios con la persona fallecida, recolocar sus efectos personales… son cuestiones que pueden evitarse y que en muchos casos se evitan por el dolor que generan. El problema, es que esa evitación, sin saberlo, conlleva a medio y largo plazo el mantenimiento de un dolor emocional que cada vez debería ser menos incapacitante.
Con la terapia, trabajamos esto. A veces, las personas no quieren hacer estas tareas porque piensan que sólo revolverán el dolor sin objetivo alguno; otras la negación de lo ocurrido es tan fuerte que literalmente incapacita para hacerlo; y en otros casos simplemente no lo saben.
Lo natural es que un duelo común se resuelva en un par de años, pero cada caso es distinto y tiene sus particularidades. «Resolver» en este tema, consiste en que se pueda hablar de lo ocurrido, con nostalgia, pero sin un dolor intenso e incapacitante. Si consideras que estás pasando por una pérdida complicada o conoces a alguien en esta situación; puedes consultar dudas sin compromiso acerca del trabajo terapéutico.
ROCIO JOVER MARTINEZ
PSICÓLOGA CV 11179
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