El pasado viernes 23 de octubre, se celebró en el Hospital General Universitario de Alicante, la VII Jornada de la Sociedad Valenciana de Hospital a Domicilio, coincidiendo además con el XXV aniversario de la creación de la UHD en Alicante. El programa [clic aquí para verlo] contó con importantes profesionales del ámbito de atención domiciliaria que abordaron cuestiones alusivas a los tratamientos en este contexto, la integración de equipos multidisciplinares y la humanización del servicio (esta última conferencia, a cargo de Pilar Barreto: Catedrática de Psicología y referencia en cuestiones de duelo y cuidado paliativo).
Las Unidades de Atención Domiciliaria se destinan en un alto porcentaje a la atención de pacientes en Cuidados Paliativos y/o con enfermedades de mal pronóstico; proporcionando todos los cuidados profesionales necesarios en un entorno agradable para el usuario como es su casa, y libre de la carga aversiva que a menudo ofrece el contexto hospitalario. Dadas pues, las características del paciente al que se dirigen, no es de extrañar la especial atención que los profesionales se ven obligados a poner en la comunicación con el paciente y su esfera afectiva.
Así, durante la jornada de tarde, se llevaron a término talleres prácticos en uno de los cuales pude participar como co-docente. Bajo el título de ‘Cuando las Noticias No Son Buenas. Trabajando con los Profesionales‘ , el Dr. Jaime Alcober – Médico de la UHD Alicante, expuso los factores a tener en cuenta por los especialistas a la hora de transmitir malas noticias a sus pacientes. Cuestiones como la localización, el momento, el ritmo informativo o las características sociodemográficas y personales del paciente resultan imprescindibles y determinantes para la buena praxis de este arte que es informar de un mal diagnóstico. Me consta que pocos profesionales podrían transmitir esta información desde la experiencia más real como el Dr. Alcober; pues es bien conocido por quienes trabajan con él, el afecto y respeto que todos sus pacientes le tienen por su calidad humana y de trabajo. Quiero aprovechar esta ventana, para agradecerle una vez más que contara conmigo para complementar su taller, destinándome la tarea de informar sobre estrategias de comunicación con el cuidador principal.
En mi caso, traté de transmitir a los facultativos participantes, la importancia de diferenciar entre el rol de los familiares cuidadores para favorecer una comunicación eficaz, empatizar con ellos conociendo la repercusión que la información puede tener a corto y largo plazo, y practicando la curiosidad e introspección a través del counselling (o como suelo decir ‘arte de hablar con preguntas’).
Finalmente, el taller se cerró de forma práctica con un rol-play en el que presentamos un caso con el que los asistentes podían identificar mala práxis en la comunicación con paciente y familiar, y corregirla. Me parece destacable en este sentido la alta implicación de los profesionales asistentes, quien demostraron una vez más que la vocación y la formación continuada siguen siendo valores en alza en un ámbito tan difícil como es la salud.