Salud Laboral y Emocional

En la actualidad, el ámbito laboral tiene una alta presencia en nuestro día a día. Ya sea por la cantidad de horas que dedicamos a la semana, o por el alto nivel de energía que nos requiere a nivel físico y mental. Sin embargo, la salud laboral y emocional no siempre se entienden dentro del mismo concepto y tanto el trabajador como la empresa pueden sufrir las consecuencias.

Es cierto que, el papel de los departamentos de Recursos Humanos así como Prevención de Riesgos Laborales, ha ido incrementando progresivamente su presencia en las empresas. En las últimas décadas, se ha buscado con ello promover la salud física y emocional de los trabajadores. Pero no solo esto. Existe evidencia documental que relaciona la satisfacción de los mismos con un buen desarrollo económico de la empresa.

La experiencia clínica

En cualquier caso, la experiencia en consulta nos muestra a diario a muchos profesionales de la salud que, psicopatologías de alta incidencia como el estrés y el ánimo depresivo siguen apareciendo estrechamente vinculadas a la actividad laboral de nuestros pacientes. Se nos plantea el reto de abordar problemas de índole individual que podrían remitir con cambios subyacentes a las políticas de gestión empresarial.

A este problema se la añade la cuestión de la percepción subjetiva del paciente/trabajador. Tanto la presión social como la autoimpuesta, nos llevan a minimizar la gravedad de los síndromes ansioso depresivos con naturaleza laboral. Se asume que es una cuestión de actitud e incluso se tacha de débiles a quienes los padecen.

Lo que es aún peor, es ratificar la existencia de la creencia general que afirma que las bajas por estas cuestiones se administran como churros, sin ningún criterio y con el fin de estafar a las empresas. Si bien, esta realidad lamentable existe, generalizarla no es más que fruto de la ignorancia y de una falta de respeto a médicos de atención primaria y especialistas de la salud mental.

Sorprendería la cantidad de pacientes que, en mi experiencia, han renegado de una baja laboral e incluso se han sentido culpables cuando se les ha prescrito. Una vez más, salud laboral y emocional parecen cuestiones distintas.


Factores de impacto en la salud emocional en el trabajo

A continuación, aparece una lista de aspectos a considerar para entender el impacto emocional del trabajo. El grado de satisfacción constituye un buen predictor de salud emocional de la plantilla, del riesgo de rotación, de la productividad y rendimiento.

  • Una comunicación fluida con los superiores: al menos con los inmediatos.
  • El horario laboral: tanto su cumplimiento como que la jornada se ajuste a las expectativas y necesidades del empleado.
  • El clima laboral: las relaciones que se establecen con compañeros y el sentimiento de pertenencia.
  • El grado de disponibilidad y calidad de recursos materiales para llegar a los objetivos requeridos.
  • El nivel de competencia y adecuación de los recursos humanos. Que el equipo, además de llevarse bien, sea competente. Así como que se disponga del personal suficiente para atender a los requerimientos del trabajo.
  • Salario justo adecuado al nivel competencial y experiencia del trabajador. Esto no implica una subida laboral indeterminada y permanente, sino una mínima percepción de justicia sobre lo que se cobra en relación a la labor realizada.
  • La conocida como retribución emocional, que incluye beneficios como:
    • horario flexible,
    • posibilidad de teletrabajar,
    • oportunidades de formación,
    • oportunidad de desarrollo de carrera,
    • entre otros…

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