DoCe. No me lo quito de la cabeza!!

Más de un mes después de mi última entrada, hoy vuelvo con un nuevo post que me parecía interesante publicar. Perdonad estos días de abandono del blog pero apenas he tenido tiempo qué dedicarle!

¿Te ha ocurrido o te ocurre, que no puedes pensar en otra cosa que en un problema determinado? O bien, ¿has notado que dicho problema ocupa la mayor parte de tus pensamientos?

Los pensamientos son los que determinan las acciones que realizamos o dejamos de realizar. Y del mismo modo, el resultado o interpretación de las consecuencias de nuestros actos, influirá también en nuestro pensamiento ya sea haciéndolo más fuerte o modificándolo.

Habitualmente, los pensamientos se vuelven «automáticos» por repetición. Porque de una forma u otra los repetimos una y otra vez en nuestra mente. Si se trata de un problema, y este queda resuelto entonces perfecto. Pero, ¿qué ocurre cuando el problema que ocupa nuestra mente no se resuelve?

Hace poco, una buena compañera psicóloga, compartió conmigo esta historia que creo puede ser interesante en este caso:

«Un burro se dirige hacia la ciudad siguiendo cierto camino. Pero un día encuentra un leño en mitad del mismo, e intenta golpearlo con su cabeza para apartarlo. El leño no se mueve. El burrito toma impulso y vuelve a intentarlo, sin embargo el leño sigue sin moverse. Nuevamente, el borrico opta por tomar mayor impulso, coge carrerilla y vuelve a golpearlo con la cabeza. Y así, una y otra y otra vez, sin darse cuenta que podía rodearlo y continuar su andadura»

Con los pensamientos automatizados pasa algo similar. A menudo son causa y consecuencia de una conducta que repetimos una y mil veces aunque no nos de el resultado que deseamos. Así, es frecuente que detectemos el malestar que nos generan, pero no el pensamiento en sí. Esto sucede porque están muy integrados en nuestro funcionamiento y son algo así como frases cortas o instrucciones que se han creado en base a experiencias pasadas que pueden o no ser similares a la actual.

Lamentablemente, no existe una fórmula mágica que elimine de un soplo dichos pensamientos. Pero si te sientes identificad@ y quieres combatirlos deberás hacer un trabajo de introspección. Es decir, analiza la situación y cuestionala explorando nuevas conductas y pensamientos que te hagan sentir mejor. Con la práctica y la repetición lo más probable es que construyas nuevos pensamientos automatizados más efectivos y satisfactorios.

La tabla que te dejo a continuación puede serte de utilidad. Se trata de un ejemplo de análisis de conducta ¿cómo podrías modificarlo para disminuir el malestar y a la larga el pensamiento? Te pronpongo también una alternativa.

¿Qué ocurre? ¿Qué piensas? ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes? Consecuencia
He discutido con mi pareja
“No nos entendemos”
“Ya no me quiere”
“Se fijará en otra persona”
“Discutimos demasiado”
Le evito todo el día
Triste
Incomprendid@
Enfadad@
Traicionad@
-El conflicto no se ha resuelto
-El ambiente es incómodo y tenso
-No modifico mis pensamientos
-Probablemente la discusión se repita
He discutido con mi pareja
“Discutir es algo normal en la convivencia”
“No siempre podemos tener la misma opinión”
“Ha sido un malentendido”
“Estamos nerviosos y cansados”
Continúo con mis tareas o mis planes
Después de un rato, intento retomar el asunto para aclararlo
Tranquil@
Con sensación de control
Relajad@
Escuchad@
-Se resuelve el conflicto
-Ambos exponemos nuestros argumentos
-Probablemente no volvamos a discutir sobre el mismo asunto
Espero que te haya parecido interesante y que te sea útil en el futuro.
Saludos y como siempre MIL GRACIAS por estar ahí!
(no me olvido de las estrategias asertivas!!)
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