Frases hechas. Para qué sirven.

Hoy os hablo de una serie de frases que seguro os suenan (o al menos su estilo) bien porque alguien os lo haya dicho en un momento dado de vuestra vida, o bien porque hayais llegado hasta ellas a través de las redes sociales que tanto las popularizan:

…quien realmente importa
Aprender a arriesgarse…


…escuchar con el corazón

Típico…
La cuestión es que este tipo de frases, frecuentemente despiertan sentimientos encontrados y no es extraño que las personas nos digamos a nosotros mismos que al final, no son más que palabras y que no es tan sencillo como decirlas, escribirlas o leerlas. 

En realidad nadie dice que sea fácil, pero esta serie de frases o consejos muy vinculados a la Psicología Positiva, lo que tienen es una función motivacional. A menudo, el efecto que producen sobre el lector es una sensación de aliento o de inyección de positividad y lucha a corto plazo; pero por sí solas no constituyen elemento suficiente para mantener a largo plazo la actitud y emoción generadas. Y esto sucede en parte porque:

1. Hablan sobre generalidades. No ahondan en nada específico y por tanto casi cualquier persona puede sentirse identificada con su contenido y por tanto tenerlo en cuenta. Todos sufrimos desengaños en la amistad, en el trabajo o en el amor por ejemplo. Cumplen así la función de llegar a mucho público.
2. Proponen objetivos comunes. Versan sobre la búsqueda de felicidad, la necesidad de mejorar, de superar algo… De nuevo metas que resultan deseables para todo ser humano. Y…
3. Precisamente porque son frases cortas que hablan sobre objetivos y generalidades, no contienen información sobre otra cuestión importante como es el «cómo llegar a…» «¿cómo se hace?». De aquí que pierdan su poder motivacional inicial y contraataquemos con un «eso es fácil decirlo».

A mi personalmente, me gusta la positividad que inyectan estos eslóganes, pues todo recorrido se inicia por un impulso que bien pudieran ser alguna de esas palabras (si me seguís en Twitter seguro que habéis visto más de una en mis tweets mañaneros 😉 Si a ti también te gustan aquí te dejo algún consejo para que su efecto motivador dure un poquito más:
Decidir despertar
  1. Si la frase en cuestión habla sobre la felicidad o las metas planteate cuál es la tuya. Sé específico y concreta cuál es tu objetivo.
  2. Cuando tengas claro el objetivo, haz un repaso de los recursos disponibles para llegar a él. Lístalos. Dichos recursos pueden ser materiales, emocionales, características de tu personalidad o pueden aportartelos personas cercanas a ti y de tu confianza. No es malo buscar ayuda.
  3. No es malo pensar en el pasado, nos ayuda a ver las situaciones con distancia y aprender de los errores. Pero siempre que extraigas una lección intenta aplicarla en el presente.
  4. Recuerda que tanto lo que hagas, como lo que dejes de hacer, influyen en lo que ocurrirá en el futuro: las respuestas del entorno, las actitudes que los demás tendrán contigo e incluso la tuya misma.
  5. Si descubres que algo no funciona, no dudes en buscar alternativas. Cuando sabes lo que no funciona, cada vez estas más cerca de la solución óptima.
¿y tu? ¿qué opinas? ¿crees que se abusa de estas frases en las redes sociales? ¿están sobrevaloradas? ¿tienes alguna favorita? Tu turno. Ahora opinas tu 🙂
Feliz semana!

Rocío Jover martínez
Psicóloga
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